El emprendimiento, aunque ha sido un concepto relativamente moderno en términos históricos, tiene profundas raíces que se remontan al siglo XIX. Sin embargo, a pesar de la larga historia y el potencial prometedor que implica emprender, los datos recientes sobre la supervivencia de los negocios en Ecuador pintan un cuadro preocupante.

Según el informe GEM 2019, una alarmante estadística revela que 8 de cada 10 emprendimientos en Ecuador no sobreviven más allá de su segundo año. Esta realidad no solo es una preocupación para los emprendedores y los inversores, sino también para la economía en general. 

Es fundamental que se comprenda que, para aumentar las probabilidades de éxito, el emprendimiento debe ir de la mano con la innovación. Una idea de negocio debe ser no solo clara y bien definida, sino también innovadora y capaz de resolver una problemática actual de manera que el público perciba su necesidad.

Hoy en día, la aspiración de ser su propio jefe ha llevado a muchas personas a lanzarse al mundo del emprendimiento. Sin embargo, es crucial tener en cuenta que el primer año suele ser especialmente difícil. Hablo desde la experiencia personal: el emprendimiento requiere no solo de un capital inicial, sino también de una reinversión continua y, sobre todo, de un esfuerzo incansable.

Además, muchos emprendedores recurren a esta opción porque han perdido su empleo. Aunque emprender puede ser una alternativa prometedora, no es un camino exento de dificultades. Mi consejo es que, si están decididos a emprender, deben estar preparados para un arduo trabajo. El esfuerzo y la dedicación, incluso más allá del horario estándar, son esenciales para que el negocio no solo se mantenga a flote, sino que también prospere.

¿Te interesa el mundo del emprendimiento y los desafíos que conlleva?

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