Por Ibeth Suasnavas
“Vida a la vida», así me sentí cuando empecé a incorporar pequeños cambios en mi rutina diaria. Iniciando el día con un vaso de agua, agregándole una intención, haciéndome preguntas: «¿Cómo quiero sentirme?» «¿Qué quiero atraer a mi vida?» La respuesta siempre fue fe, entusiasmo, creatividad, sabiduría. Todo se vuelve más poderoso después de esto. Está claro que el poder está dentro de nosotros, donde la magia sucede y todo comienza a transformarse.
¿Cuándo fue la última vez que te permitiste admirar el cielo? ¿Cuándo fue la última vez que te miraste fijamente en el espejo, y reconociste lo extraordinario que eres? Al hacer esto, es el momento perfecto para agregar un mantra, aquí te cuento mis favoritos: «Todo llega a mí con facilidad, gozo y gloria», «Soy más fuerte que mis excusas», «Todo el poder que necesito para triunfar ya está dentro de mí»
Si a todo esto le agregamos el movimiento físico, ya sea una caminata o una rutina de baile con esa canción que te llena de ilusión los ojos, el cambio se vuelve aún más poderoso. Al principio, es difícil ser constante, pero cuando das ese primer paso, definitivamente no hay vuelta atrás. Tu estado de ánimo mejora, disminuyen los niveles de ansiedad y se regula tu ciclo del sueño. Pasaste del «tengo que hacerlo» al «quiero, puedo y elijo hacerlo» y eso es maravilloso.
La buena noticia es que necesitas una semana para sentirte adaptado, dos semanas para notar los primeros cambios, cuatro semanas para sentirte más fuerte y seis semanas para desarrollar un hábito. No te rindas, abraza tu proceso, cada pasito cuenta.
Así como nuestro cuerpo se libera con el ejercicio, hay que liberar la mente, para lo segundo recomiendo el «journaling«. Escribir para sanar, soltar, crear y manifestar. Dale la intención que más resuene contigo para que la escritura fluya, no importa que tanto escribas, lo enriquecedor es que conectarás con tu lado más auténtico, audaz y tuyo.
Las primeras veces que hice journaling lo usé para sacar el dolor que sentía en ese momento, el papel lleno de lágrimas fue testigo de mi proceso. Ahora es mucho más que eso, es testigo de sueños escritos, conquistados y realizados. Nunca subestimes el poder de una hoja en blanco y una mente lista para ser escuchada. El corazón también se hace presente, guiando el compás, donde todo se conecta y al final, solo encuentras claridad y paz.
Ten en cuenta que cada hábito que elijas adoptar debería aportarte alegría y optimismo. Con el tiempo, dejará de ser una tarea y se convertirá en una parte esencial de tu vida, algo que no estás dispuesto a negociar porque valorarás tu propio bienestar. Ya no estarás atado a calendarios, lugares o personas externas. Tu vida será más armoniosa, y esta sensación te llevará a experimentar una felicidad plena.
Con lo que te acabo de contar, te invito a decirle «hola a tu mejor versión», porque nadie puede tomar agua, hacer ejercicio o despertarse por ti. Tu futuro está únicamente en tus manos. Pregúntate: «¿Qué vida quiero vivir?» y toma las acciones necesarias para alcanzarla, porque un hábito sin acción es solo una ilusión.
Como último recordatorio, habrá días llenos de motivación y otros un poco desalentadores, pero es en estos momentos donde se pone a prueba tu disciplina, recordándote que no es el momento de rendirse y que todo el camino recorrido ha valido la pena. Celebra cada paso dado en el camino hacia tu crecimiento personal y evolución. Mantente fiel a ti mismo, ámate con toda tu luz y aceptación. Nos encontraremos en el siguiente nivel de tu vida, donde la magia espera al otro lado. La decisión de qué camino tomar está en tus manos.