Mitos y verdades sobre el seguro: una herramienta esencial para anticiparse a los imprevistos

noviembre 13, 2025
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En Ecuador, la cultura aseguradora sigue siendo limitada. Apenas el 3% de la población cuenta con un seguro privado, una de las cifras más bajas de la región. Este dato revela no solo barreras económicas, sino también un profundo desconocimiento sobre la utilidad real de las pólizas y los beneficios que ofrecen en la vida diaria.

Muchos ecuatorianos siguen viendo el seguro como un gasto innecesario o una herramienta reservada únicamente para situaciones extremas. Sin embargo, los acontecimientos recientes —desde emergencias naturales hasta crisis económicas y accidentes cotidianos— han demostrado que contar con un respaldo financiero puede marcar la diferencia entre la estabilidad y la vulnerabilidad.

En el país persisten ideas equivocadas que dificultan el acceso a este tipo de protección, especialmente entre quienes más la necesitan. Por ello, comprender qué cubre un seguro, cómo funciona y qué herramientas existen para hacerlo más accesible es clave para tomar decisiones informadas.

Mito 1: “Tener un seguro es un lujo”

La idea de que el seguro es exclusivo para quienes poseen altos ingresos es cada vez más incorrecta. Hoy el mercado ofrece productos flexibles, modulares y accesibles, diseñados para distintos presupuestos y perfiles.

Existen coberturas específicas para salud, vida, autos, mascotas, negocios pequeños y hogares, con precios que se ajustan a diferentes realidades. Esta diversificación permite que más personas puedan acceder a un esquema de protección sin comprometer su economía familiar.

Mito 2: “El seguro solo sirve en catástrofes”

Las pólizas no están pensadas únicamente para grandes desastres. Por el contrario, resultan especialmente útiles en eventos cotidianos que pueden generar gastos imprevistos: una caída en el hogar, un choque menor, una fuga de agua o una urgencia médica simple.

A esto se suman las asistencias complementarias que muchas aseguradoras ofrecen para uso frecuente. En el caso de Seguros Alianza, los clientes cuentan con servicios como auxilio vial, grúa, atención médica o legal en emergencias, asistencia al viajero y reparaciones básicas del hogar. Estas herramientas están disponibles incluso cuando no se ha presentado un siniestro mayor, convirtiendo al seguro en un acompañante permanente del bienestar.

Mito 3: “Contratar un seguro es complicado”

La transformación digital ha simplificado notablemente este proceso. Las plataformas de contratación y cotización en línea permiten adquirir una póliza en minutos, sin papeleo ni trámites presenciales.

Seguros Alianza, por ejemplo, ofrece un sistema digital que agiliza la activación de coberturas en menos de 24 horas. A ello se suma Ali, su asistente virtual, que guía a los usuarios paso a paso, responde dudas y ofrece recomendaciones inmediatas, facilitando la experiencia incluso para quienes no están familiarizados con productos financieros.

Mito 4: “No entiendo los términos del contrato”

La percepción de que el lenguaje de las pólizas es complejo ha sido una barrera constante. Sin embargo, cada vez más aseguradoras impulsan iniciativas de educación financiera para explicar conceptos de forma clara y didáctica.

Una de ellas es Aprende con Alianza, un centro de información en línea donde las personas pueden conocer qué cubre un seguro, cómo utilizarlo y cuáles son sus beneficios. Estos espacios buscan democratizar el acceso a la información y fortalecer la autonomía del asegurado.

Mito 5: “No lo necesito porque nunca me ha pasado nada”

El seguro es, por definición, un mecanismo de prevención. Su propósito no es reaccionar al riesgo, sino anticiparse. La experiencia demuestra que nadie está exento de eventos inesperados, y contar con protección puede ser decisivo para evitar pérdidas económicas significativas.

Tal como explica María Augusta Lucio, Gerente de Desarrollo de Negocio de Seguros Alianza:

“El seguro es como un cinturón de seguridad: no lo usas porque quieras que algo ocurra, sino porque, si ocurre, puede marcar la diferencia entre una consecuencia menor y una pérdida mayor. Sobre todo, ofrece tranquilidad, y la tranquilidad es un valor que muchas veces no reconocemos hasta que nos falta”.

Educación financiera y tecnología: aliados para una cultura aseguradora moderna

El aumento del acceso digital, la aparición de asistentes virtuales y el desarrollo de plataformas educativas están transformando la relación entre usuarios y aseguradoras. Estas herramientas acercan el conocimiento, facilitan la comparación de alternativas y permiten contratar seguros de manera ágil y segura, sin intermediarios.

En un país expuesto a riesgos naturales, sociales y económicos, contar con un mecanismo de protección ya no debería verse como un lujo, sino como una decisión informada que resguarda el futuro. Entender cómo funciona un seguro —y desmontar los mitos que lo rodean— es un paso fundamental para construir una cultura de prevención que beneficie a todas las familias ecuatorianas.