Cáncer de pulmón: más allá del tabaco

Aunque el tabaquismo sigue siendo el principal factor de riesgo, en América Latina crecen otras amenazas: contaminación del aire, humo de leña, exposición ocupacional y antecedentes familiares. Especialistas explican cómo detectarlo a tiempo y qué avances existen en diagnóstico y tratamiento.
Factores de riesgo que pasan desapercibidos
Contaminación ambiental (PM2.5): en grandes ciudades eleva el riesgo de cáncer pulmonar.
Exposición ocupacional: contacto con asbesto, arsénico, radón y otros carcinógenos.
Antecedentes familiares: la predisposición genética exige controles anticipados.
Humo de leña en interiores: frecuente en zonas rurales sin ventilación adecuada.
“El cáncer de pulmón ya no es exclusivo de los fumadores… la clave está en la prevención y la detección temprana.”
Síntomas frecuentes (y confundidos)
Tos persistente (se atribuye a bronquitis).
Dificultad para respirar (se confunde con asma o EPOC).
Dolor torácico (parece muscular o cardíaco).
Hemoptisis (sangrado al toser).
Detección y tratamientos de vanguardia
LDCT (tomografía de baja dosis) y biopsias líquidas para diagnóstico temprano, menos invasivo.
Terapias dirigidas e inmunoterapia: mejores resultados y calidad de vida.
Prevención: recomendaciones clave
Realizar chequeos regulares si hay antecedentes o exposición a riesgos.
Evitar humo de segunda mano y contaminantes.
Usar protección respiratoria en entornos laborales con químicos o polvo.
Mantener dieta con antioxidantes y actividad física.
Consultar por detección temprana (LDCT) en grupos de alto riesgo.
Un perfil de paciente en cambio
Aumentan los casos en no fumadores, especialmente en urbes con mayor exposición a tóxicos ambientales. La información y la prevención son hoy las mejores defensas.