Cada 16 de octubre el mundo conmemora el Día Mundial de la Alimentación, una fecha dedicada a reflexionar sobre el hambre global, la inseguridad alimentaria y la importancia de promover soluciones sostenibles que garanticen una nutrición adecuada para todas las personas.

Para la Fundación Familia Herbalife (HFF), esta fecha no es solo un recordatorio anual, sino parte de un compromiso permanente. Desde hace más de tres décadas, la fundación impulsa su Programa Casa Herbalife, enfocado en reducir el hambre infantil y empoderar comunidades mediante proyectos sostenibles y educación nutricional.

Alimentar, educar y transformar

El Programa Casa Herbalife, creado en 1998 por el fundador de la compañía, Mark Hughes, nació con una idea simple y poderosa: todo niño merece crecer en un entorno seguro y con acceso a alimentos nutritivos. Lo que comenzó como una alianza con un orfanato en Brasil se ha convertido en un movimiento global que hoy llega a cientos de miles de niños y familias en todo el mundo.

En Centro y Sudamérica, la fundación colabora con 22 Casas Herbalife, espacios donde los niños reciben no solo alimentación, sino también educación, acompañamiento emocional y oportunidades para un futuro mejor. Estas acciones son posibles gracias al compromiso de empleados y distribuidores independientes que impulsan la misión de construir comunidades más saludables y solidarias.

Pequeños actos que generan grandes cambios

En este Día Mundial de la Alimentación, la fundación invita a reflexionar sobre cómo pequeños actos de bondad pueden multiplicarse en grandes transformaciones. Donar alimentos, participar como voluntario o apoyar a una familia en situación de vulnerabilidad son gestos que pueden marcar la diferencia.

“La lucha contra el hambre no siempre requiere grandes recursos, sino empatía y acción. Cada gesto cuenta, porque el esfuerzo colectivo de muchas personas puede cambiar realidades”, destaca el equipo de la Fundación Familia Herbalife.

Un movimiento de impacto global

El trabajo de la fundación demuestra que combatir el hambre no solo significa ofrecer comidas, sino crear soluciones duraderas que fortalezcan la autonomía y la dignidad de las personas. Gracias a sus programas, miles de familias acceden a educación nutricional, espacios de apoyo comunitario y recursos que fomentan la autosuficiencia.

Este 16 de octubre, el llamado es claro: alimentar con empatía, compartir con propósito y actuar con esperanza. Cada acción, por pequeña que sea, contribuye a construir un mundo donde ningún niño se acueste con hambre y cada familia tenga la oportunidad de prosperar.