Dolor crónico: una enfermedad silenciosa que afecta a más de 3,6 millones de ecuatorianos

Este 17 de octubre se conmemora el Día Mundial del Dolor, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), con el objetivo de visibilizar una realidad que afecta a millones de personas en todo el mundo: el dolor crónico.
En Ecuador, el panorama es preocupante. Se estima que más de 3,6 millones de personas —equivalente al 21 % de la población— viven con dolor crónico, una condición que limita su vida personal, laboral y emocional. Las principales causas incluyen el dolor lumbar, la osteoartritis y el cáncer.
Cuando el dolor deja de ser un síntoma y se convierte en enfermedad
“El dolor agudo funciona como una señal de alarma del cuerpo, pero cuando persiste más de tres meses, deja de cumplir esa función protectora y se transforma en una enfermedad en sí misma”, explica el Dr. Mario Paz, especialista en manejo del dolor.
El dolor crónico puede presentarse incluso después de procedimientos quirúrgicos menores. La falta de control adecuado en el periodo postoperatorio es uno de los principales factores que contribuyen a su cronificación, afectando la calidad de vida, aumentando los costos de atención y el riesgo de complicaciones.
Entre las causas más comunes de dolor crónico se encuentran la artritis, fibromialgia, lesiones nerviosas, problemas de espalda, migrañas y dolor pélvico crónico, así como enfermedades que alteran el sistema nervioso y perpetúan la sensación de dolor.
Impacto en la salud mental y la calidad de vida
El dolor persistente no solo afecta al cuerpo, sino también al bienestar emocional. “El dolor limita la actividad física, interfiere con el sueño y puede provocar depresión. Mientras menos duermen los pacientes, más se intensifica el dolor”, señala el Dr. Paz.
Un estudio realizado en Quito en 2023 reveló que 7 de cada 10 pacientes ambulatorios padecen dolor crónico, con mayor prevalencia en mujeres y asociaciones con factores de riesgo como obesidad, hipertensión o diabetes.
La importancia del diagnóstico y tratamiento oportuno
En Ecuador, el 9 % de los adultos padece dolor crónico de alta intensidad, especialmente mujeres. Sin embargo, muchos de ellos no reciben atención médica especializada: 8 de cada 100 personas se automedican o siguen consejos no profesionales, lo que agrava su condición.
“El manejo del dolor requiere un enfoque integral. En las Unidades de Dolor trabajamos con fisioterapia, manejo farmacológico y apoyo psicológico, porque entendemos que los factores emocionales también pueden manifestarse como dolor físico”, agrega el Dr. Paz.
Un abordaje integral para una enfermedad compleja
El tratamiento del dolor crónico se aborda en distintos niveles:
Unidades básicas, que diagnostican y derivan.
Unidades intermedias, que incluyen rehabilitación y fisioterapia.
Unidades avanzadas, donde se aplican procedimientos especializados como la neuroestimulación o la radiofrecuencia.
Los especialistas coinciden en que reconocer el dolor crónico como enfermedad es el primer paso para mejorar la atención médica y la calidad de vida de quienes lo padecen.
“El Día Mundial del Dolor nos recuerda que millones de personas viven con una condición que afecta su salud física, emocional y social. Hablar de ello, generar conciencia y fortalecer las políticas de atención es fundamental”, concluye el Dr. Paz.

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