La inteligencia artificial aplicada al desarrollo de software

agosto 22, 2025
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En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en un motor real de transformación en el desarrollo de software. Lo que antes se limitaba a autocompletados básicos ahora se ha convertido en agentes autónomos capaces de planificar, generar y validar código. El 2025 marca un punto de inflexión, donde las empresas, los desarrolladores y los investigadores están debatiendo no solo su efectividad, sino también los retos que trae consigo esta adopción acelerada.

La IA aplicada al software no solo está cambiando las reglas de productividad, también está redefiniendo los roles dentro de los equipos de desarrollo. Mientras que algunos ven en ella una amenaza, otros la consideran una aliada indispensable para liberar tiempo y enfocarse en tareas creativas y de mayor valor estratégico. Con cifras que muestran que entre un 20 % y 30 % del código en grandes empresas como Microsoft y Google ya es generado por IA, es imposible negar que estamos frente a un cambio de paradigma (Business Insider, 2025).

Inteligencia artificial como asistente en el ciclo de desarrollo

La primera gran aportación de la IA ha sido su integración en casi todas las fases del ciclo de vida del software. Herramientas como GitHub Copilot, Amazon CodeWhisperer o Code Llama han demostrado que es posible traducir lenguaje natural en bloques de código funcionales. De hecho, un estudio reciente reveló que el 48 % de los desarrolladores ya usan IA principalmente para generar código, seguido de un 36 % que la aplica en testing y otro 36 % en revisiones (ITPro, 2025).

El autocompletado también ha evolucionado radicalmente. Antes se limitaba a predecir la siguiente palabra en base a patrones, hoy anticipa la intención completa del programador, ajustándose al estilo y la arquitectura del proyecto. Esto ha reducido tiempos de escritura y ha mejorado la consistencia en grandes repositorios, aunque algunos advierten que también fomenta una dependencia excesiva en la máquina (Datacenters, 2025).

Otro aspecto crítico es la documentación. Muchos desarrolladores solían evitarla por considerarla tediosa, pero la IA ahora puede generar guías, comentarios y ejemplos de uso en segundos. Incluso puede analizar código heredado para facilitar su comprensión, algo vital en proyectos con décadas de evolución. Esta capacidad ha hecho que los equipos dediquen menos esfuerzo a tareas repetitivas y más a innovar.

La llegada de los agentes autónomos

El siguiente salto vino con los llamados agentes autónomos o agentic AI. Estos sistemas no se limitan a responder un prompt, sino que son capaces de observar el contexto, planificar una secuencia de pasos y ejecutar tareas de manera continua. Su aplicación en desarrollo web y software ha sido disruptiva, pues ya no hablamos de “asistentes” sino de “colaboradores digitales” que trabajan junto al equipo.

Durante la conferencia Microsoft Build 2025, la compañía reportó que el uso de agentes se había duplicado en solo un año. Uno de los ejemplos más destacados fue el agente SRE (Site Reliability Engineer) integrado en Azure, capaz de detectar incidencias, aplicar soluciones y documentar el proceso automáticamente (Business Insider, 2025). Esto plantea un futuro donde los equipos humanos supervisan, pero gran parte de la ejecución la lleva a cabo la IA.

Lo mismo ocurre con Google y su agente Jules, basado en Gemini 2.5 Pro, que permite ejecutar tareas de programación en paralelo y visualizar resultados en tiempo real. Lo notable es que está diseñado no solo para expertos, sino también para usuarios no técnicos, democratizando aún más la creación de software (Tom’s Guide, 2025). Esta apertura refuerza la idea de que la IA no será exclusiva de ingenieros, sino un recurso transversal.

Transformación en grandes empresas tecnológicas

Los gigantes de la tecnología han adoptado la IA como un estándar en sus procesos. Microsoft, por ejemplo, ha declarado que entre un 20 % y 30 % de su código ya es generado por inteligencia artificial. Google, por su parte, supera el 30 %, y Meta proyecta que para 2026 la mitad del desarrollo de su modelo LLaMA podría estar a cargo de IA (Business Insider, 2025).

Este nivel de integración no solo acelera la entrega de productos, también reduce costes operativos. Stripe y Salesforce han reportado ajustes en la composición de sus equipos gracias a la automatización, aunque no necesariamente en forma de despidos masivos, sino mediante una redistribución de tareas. Los ingenieros ahora se enfocan más en arquitectura, validación y estrategia que en programación rutinaria.

El fenómeno también impacta en la calidad. Según Salesforce (2025), el 96 % de desarrolladores encuestados creen que los agentes de IA aportan un valor significativo en pruebas, debugging y generación de documentación. Esto refleja una percepción positiva generalizada, aunque persisten dudas sobre la seguridad y el control humano en sistemas críticos.

Actitudes y preocupaciones de los desarrolladores

Aunque el entusiasmo es evidente, también existen preocupaciones. El 59 % de los desarrolladores reconoce que ha utilizado código generado por IA sin comprenderlo del todo, lo que genera dudas sobre la calidad y la seguridad (ITPro, 2025). Este dato es especialmente relevante en entornos críticos como banca, salud o infraestructura.

Las inquietudes más frecuentes incluyen la privacidad (24 %), la posibilidad de pérdida de empleos (14 %), el riesgo de errores graves (14 %) y la disminución de la creatividad (13 %) (ITPro, 2025). Estas cifras reflejan que, aunque la IA es vista como aliada, también provoca cierto temor respecto a sus implicaciones a largo plazo.

Por otra parte, se debe tomar en cuenta que un 79 % de los programadores cree que dominar herramientas de inteligencia artificial será pronto un requisito esencial para ser contratados (ITPro, 2025). Esta percepción refuerza la necesidad de que las instituciones educativas incorporen competencias relacionadas con el uso ético de la IA.

Entre la eficiencia y la responsabilidad

La inteligencia artificial aplicada al desarrollo de aplicaciones se encuentra en un punto de madurez temprana pero acelerada. Las cifras muestran un impacto indiscutible en productividad, adopción y crecimiento empresarial. Sin embargo, también dejan en claro que el desafío no solo es técnico, sino humano: redefinir los roles, formar nuevas competencias y mantener un control ético y seguro de las herramientas.

Lejos de desplazar por completo a los desarrolladores, la IA está invitándolos a evolucionar hacia funciones más estratégicas, donde la supervisión, la creatividad y el diseño de sistemas robustos son insustituibles. Al final, lo que se perfila no es un futuro de reemplazo, sino de colaboración estrecha entre humanos y computadores, donde el verdadero valor estará en la capacidad de ambos de complementarse.

Es imprescindible comprender cómo funcionan los agentes de IA, cómo evaluarlos críticamente y cómo integrarlos de forma responsable. La próxima generación de profesionales será recordada no por lo que la IA hizo sola, sino por cómo supo guiarla para construir un software más eficiente, inclusivo y confiable.

 

 

 

Programa: Maestría en Desarrollo Web

Autor: Iván Reyes Ch.