Nutrición infantil, lactancia materna y el comienzo de nuevos sabores

La lactancia materna es un regalo maravilloso que podemos ofrecer a nuestros bebés. Durante los primeros seis meses de vida, la leche materna es todo lo que necesitan. No solo les proporciona todos los nutrientes esenciales, sino que también les da defensas naturales que ayudan a protegerlos de enfermedades. Además, la leche materna se adapta a las necesidades del bebé, lo que la convierte en un alimento perfecto y único.

Cuando el bebé cumple seis meses, es hora de empezar a introducir alimentos complementarios. Esto no significa dejar de amamantar, sino añadir nuevos sabores y texturas a su dieta. Se recomienda comenzar con purés de frutas y verduras, así como cereales. A medida que el bebé se acostumbra, podemos incluir alimentos ricos en proteínas, como carnes y legumbres.

Es importante hacerlo poco a poco, observando siempre cómo reacciona el pequeño. Así podremos detectar posibles alergias y asegurarnos de que disfrute de la variedad. Ofrecer diferentes sabores desde temprano puede ayudar a que desarrolle buenos hábitos alimenticios y esté abierto a probar nuevos alimentos en el futuro.

La lactancia y la alimentación complementaria son dos grandes aliados en el crecimiento saludable de los niños. A medida que se incorporan alimentos sólidos, la leche materna seguirá siendo una fuente clave de nutrientes, incluso hasta los dos años o más. Esta combinación no solo nutre a los bebés físicamente, sino que también fortalece el vínculo especial entre madre e hijo.

Para profundizar en este tema, les invitamos a leer el artículo que la Dra. Gabriela Moscoso escribió sobre la lactancia materna y la alimentación complementaria en la revista Identidad.ec.

¡Es una excelente fuente de información para acompañar esta hermosa etapa!