En el universo de la gastronomía, cada plato cuenta una historia única, y detrás de cada narrativa se encuentra un chef con una pasión incuestionable por los sabores auténticos y un compromiso inquebrantable con su arte. Noé Carmona, un nombre que resuena en los círculos culinarios, personifica esta dedicación desde sus raíces familiares hasta el éxito empresarial que ha alcanzado.

Creció en un hogar donde la cocina era el corazón de la vida familiar, y desde una edad temprana, Noé heredó el amor por la gastronomía. En una familia numerosa de diez hermanos, la cocina no solo era un espacio para compartir, sino también un lugar de responsabilidad compartida. “Cada hijo ayudaba a mamá durante una semana”, recuerda Noé, subrayando la importancia de la colaboración familiar y la tradición culinaria basada en ingredientes orgánicos y frescos de la huerta familiar.

A los ocho años, Noé ya estaba inmerso en el mundo de los sabores, ayudando en la cocina y asumiendo responsabilidades en el hogar. Su pasión por la gastronomía se vio enriquecida en sus vacaciones escolares en Machala, Puerto Bolívar, donde descubrió el vasto mundo de los mariscos y pescados frescos. Este período de aprendizaje temprano preparó el terreno para una carrera dedicada a explorar y perfeccionar técnicas culinarias.

Noé, un hombre soñador desde temprana edad, anhelaba trabajar en el prestigioso Hotel Oro Verde. Aunque carecía de experiencia, no dejó que eso le impidiera perseguir su objetivo. Durante tres años, dejó una carpeta tras otra en busca de una oportunidad. Su determinación finalmente fue recompensada cuando la reclutadora, impresionada por su persistencia, le ofreció una oportunidad única. Le devolvió 11 de sus 12 carpetas, simbolizando que solo necesitaba una para brillar.

Su viaje en el hotel comenzó humildemente, Noé dispuesto a aprender desde los fundamentos más básicos. Trabajando codo a codo con chefs japoneses de renombre, cada día representaba una oportunidad para sumergirse más en la cultura culinaria japonesa. Desde la meticulosa preparación del arroz hasta la delicada elaboración del sushi, Noé absorbía con avidez cada aspecto de esta tradición culinaria centenaria. 

A través de la observación y la práctica, internalizó no solo las técnicas y habilidades, sino también los valores fundamentales que sustentan esta forma de arte culinaria: el respeto reverencial por los ingredientes, la búsqueda constante de la perfección y la dedicación inquebrantable a la excelencia en cada detalle. Esta inmersión en la cultura gastronómica japonesa no solo enriqueció su habilidad culinaria, sino que también moldeó su filosofía y enfoque hacia la cocina, marcando un punto de inflexión crucial en su trayectoria profesional.

La pasión por la cocina no se limitaba solo a Noé; sus hermanos compartían su amor por la comida y se unieron a él en la creación de un negocio familiar, donde siete de ellos desempeñan roles clave como chefs. Para la familia Carmona, la gastronomía no es solo un trabajo, sino un vínculo que une a través de generaciones y fortalece el compromiso con la excelencia culinaria.

Fuera de la cocina, Noé es un hombre de múltiples facetas. Su amor por el deporte, desde el ecuavolley hasta el ciclismo, refleja su naturaleza activa y enérgica.

Este amor por el movimiento se combina con un deseo constante de aprendizaje, manifestado en él su gusto por viajar, caminar y absorber nuevas experiencias.

Sin embargo, el éxito de Noé no se mide solo por sus logros culinarios y deportivos, sino también por su compromiso con el bienestar de su equipo. Con una fuerza laboral de aproximadamente mil personas, Noé y su familia se dedican a la formación y desarrollo de sus empleados, creando oportunidades para que prosperen tanto personal como profesionalmente.

El espíritu emprendedor de Noé lo condujo a establecer su primera marca hace dos décadas, la cual fue seguida por otros conceptos exitosos como Kobe, Nubori y Chef Choy. Sin embargo, fue con su restaurante homónimo, Noé, donde logró asegurar la lealtad de sus clientes. Estos quedaron cautivados por la fusión única de sabores japoneses que ofrecía, convirtiéndolo en un destino gastronómico de renombre.

Mirando hacia el futuro, Noé ve la expansión internacional como un hito significativo. Con la apertura de una sucursal en Miami, Noé no solo lleva su cocina al mundo, sino que también representa el 

potencial de la marca ecuatoriana en el escenario global abriendo las puertas a nuevas oportunidades y horizontes inexplorados.

Noé Carmona personifica el poder del sueño y el trabajo arduo. Su historia es un recordatorio de que, con pasión y dedicación, cualquier meta es alcanzable. En el horizonte, Noé imagina un futuro de crecimiento continuo y un legado culinario que trasciende fronteras, dejando una marca indeleble en el mundo de la gastronomía.

Sin duda, la vida de Noé Carmona es un testimonio del poder de la pasión, el compromiso y el trabajo arduo. Desde sus humildes comienzos hasta su posición como líder gastronómico y empresario, su historia inspira a otros a perseguir sus sueños con determinación y dedicación. En un mundo donde el sabor y el servicio se entrelazan, Noé Carmona sigue siendo un faro de excelencia y humanidad en la industria culinaria.